Mientras que la humanidad siga valorando al que más grita y al que más aduladores tenga, el sabio callará,  y tragará saliva y bilis, vivirá en la indigencia con su moral intacta. Y el necio no parará de hablar, escupiendo tropelías y sinsentidos que le harían ruborizar de entenderlas, triunfará en la sociedad y morirá con su conciencia limpia.

El sistema se reinventa y evoluciona como un ser vivo. Hasta el punto de que se muestra capaz de asimilarlo todo con el fin de podérnoslo vender. Llegando hasta el punto de que tengo total confianza puesta en que, algún día, se pondrán de moda las personas honradas.

Mientras que los capitanitos de las empresas y de la política sigan creyendo que emplear a alguien es realizar un acto de caridad, así nos irá.

¡No, señor mío! Cuando usted me emplea, estamos llegando a un acuerdo. En todo caso, debería de darme las gracias ud. a mí. Pues soy yo el que le alquila mi tiempo y mi salud para su lucro personal.

Pienso que los amos están realmente convencidos de que los consumidores se van a sentir mejor tratados porque los dependientes llevan un ridículo sombrero a final de año. Y me dan ganas de bajarme del tren.

Son ustedes a base de aberrantes maneras de enriquecerse a costa del resto los que van llamándonos a las armas.