miércoles, 25 de diciembre de 2013

Mientras que la humanidad siga valorando al que más grita y al que más aduladores tenga, el sabio callará,  y tragará saliva y bilis, vivirá en la indigencia con su moral intacta. Y el necio no parará de hablar, escupiendo tropelías y sinsentidos que le harían ruborizar de entenderlas, triunfará en la sociedad y morirá con su conciencia limpia.

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